CAMBIANDO DE PROPOSITO PIJOTERO Y CODEPENDIENTE POR OTRO MAS ELEVADO, NOBLE Y DE MAYOR EMBERGADURA

"La carta El Loco (22) en el tarot representa nuevos comienzos, espontaneidad y libertad. Se asocia con la inocencia y la impulsividad, sugiriendo que alguien ha dejado atrás lo conocido para explorar lo desconocido. En la cabalística, se relaciona con la letra Tau y el número 400, simbolizando un viaje sin límites. Esta carta invita a la exploración y a la creatividad, pero también puede advertir sobre la falta de planificación y la impulsividad en la toma de decisiones. Es muy importante sumar que en la mayoría de los mazos el loco lleva por número el 0 y éste es el recién iniciado, sin embargo, en unos pocos mazos es el 22 que se halla al final del recorrido o viaje por todos los Arcanos Mayores y que con idénticas características esenciales del iniciado ya cuenta con la sabiduría de todo su recorrido andado". 

Si hasta junio en que deberá regresar para su Programa del Hospital Privado, no tenemos en cuenta lo de arriba señalado en negrita y subrayado y no establecemos un plan de acción para el desapego amoroso de un ser codependiente afectivo por 55 años, permitiré que me tomen por asalto para cumplir con mis compromisos de toda mi vida. El propósito que tuve hasta este presente -mis mujeres- (novias, esposas cohabitantes, la conviviente l.a.t. y comprometida y hasta unas pocas amantes). Todo lo mío necesita un giro tal cual lo vengo sosteniendo en varias bitácoras anteriores. 

Creo que esta alma de león, el Leandro que soy, tengo un Propósito mayor, y, por ende, mis mujeres y juntos y a la par, como manada leonina, debemos evolucionar = Este hombre con fuerza de león pertenece de mayor a menor a sus Respectivas Sociedades: A) Orden de la Merced B) Comunidad Afectiva Alippi García C) Fraternidad de Hermanas y Hermanos Alippi García (los leones). -

Si no realizamos este coaching ontológico auténtico, estaré frito. Lo que Analía pierde sin mí como compañero y eventualmente un A.T. ad hoc es mucho, y no desea perderlo. Ella, si la albergo y trato de acompañarla a su Programa del Hospital Privado, me seducirá, incluso aunque no deseare hacerlo, dado que lo lleva en toda su genética a su onda seductora innata.

A pesar de que el amor ha sido real y predilecto, también ha sido una de mis muchas adicciones, a pesar también que no ha habido mentiras entre nosotros, tampoco ocultamientos de ninguna clase y ambos hemos sido nobles, leales, fieles, auténticos y por encima de todo sinceros, francos e inocentes, aun cuando a muchos les hayamos caído mal juntos o acompañándonos y hasta nos hayamos acusado entre nosotros y por terceros e injustamente de crueles u otras infamias, injurias y calumnias más. 

A los de altos rangos nos atacan con adicciones muy sutiles, estos demonios de mierda de nuestra gula de toda la vida. Como te dije, mi novísima amiga, los eneatipos 7 fuimos, somos y seremos personalidades adictivas. A los que "estamos limpios", solo se nos puede llamar adictos en recuperación. Decir; "adictos recuperados" es un error ontológico o esencial, como decimos los abogados. Es como casarse con una mujer y que en realidad sea un travesti. Decir que un eneatipo 7 es un recuperado, sería como creer que sos mujer cuando sos un travesti.

Los demonios tientan a los oficiales de alto rango con pecados de servilismo, haciéndote creer que estás salvando a tu ex amor predilecto o por el contario pecando al estar supuestamente traicionándola, si le das la espalda, creyendo que es la luz de tu alma la que te obliga a llevarla en tu antigua y pesada mochila de trotamundo. Pero en la verdad de la milanesa, estás pecando de vanagloria y hasta soberbia, creyéndola una líder, una dragona de fuego y una giganta pava, tonta e inútil, cuando en realidad tiene más potencia que vos y una banda entera. Y vos, frente a las emanaciones de su maestra, sos solo un auténtico "pichón" (como se denomina en el mundo mafioso a los protegidos que pagan cánones para serlo).

PODES CONTINUAR ESTA HISTORIA LEYENDO LAS ENTRADAS QUE SE ENTRELAZAN DESDE ACÁ