viernes, 9 de mayo de 2025

COMO LO VENIA DICIENDO HACE MUCHISIMO: TODA TORMENTA PASA Y LAS AGUAS SIEMPRE SE TERMINAN AQUIETANDO.

Fueron 7 años, 3 meses y 7 días los que estuvimos de novios, comprometidos por la Iglesia y convivientes l.a.t. (living apart together) con Analía, desde el 21 de enero del 2018 hasta el pasado 28 de abril de este año 2025. 

Anoche alumbré lo que deseo y por qué logré la nulidad de mi matrimonio canónico con la Sra. María Soledad Berra, me divorcié de ella y luego me divorcié de mi segunda esposa, la Sra. Verónica Elizabeth Serra y ahora me separo de mi tercera mujer, la Sra, Analía Verónica Estrada. Todo lo logré para hacerle honor al monacato laico mercedario y por mi afinidad con el sacerdocio y su consecuente celibato.

Hoy regreso a la condición que tuve en el año 2017 entre que me divorcié de Ely y conocí a Analía, "single" como se nos llamaba por esas épocas y desde la sociología norteamericana a los solteros con "swing". 

Con respecto al tesoro que resulta ser mi sexualidad, que he alumbrado que forma parte de mi cuerpo al que lo he identificado con mi segundo nombre, Javier, y que lo he vinculado con ese signo que soy para el horóscopo chino, perro de metal, pues he alumbrado en estos días de corte, que este cuerpo no está diseñado por el Plan Divino para que sea templo de ninguna relación amorosa fiel con ninguna mujer como lo ha sido hasta ahora con las tres "esposas" sino que es el mayor tesoro de mi cuerpo, propiamente el Templo del Espíritu Santo y tal cual lo prescribe la Biblia para todos los cuerpos de todos los seres humanos, creaturas de Dios. Al ser Templo de Dios, obvio que también lo es de todo nuestro ser humano completo y propio de nosotros mismos y por extensión natural; nuestras casas en donde vivimos y que son la extensión transitoria o definitiva de ese mismo templo - doméstico o Ecclesia Domestica 

Mi cuerpo físico lleva por nombre Javier y es mucho mas que ese perro chino, es propiamente un lobo chino de metal, y por lo tanto al extremo noble, leal, "fiel" y por sobre todo protector y está debatiéndose en el Cielo y en mi propia consciencia, qué haremos con mi valiosa y bonita energía sexual. Las alternativas son: o las continúo ejerciendo y practicando como single, o la sublimo para llevarla a la mística y todas mis demás creaciones espirituales y al servicio de mi Comunidad entera, ya propiamente como monje laico mercedario con voto de celibato. Esto no se ha definido aún.

Lo que también está definido y desde mucho antes, es que el nombre de mi espíritu es Leandro, que significa hombre león u hombre con fuerza de león y como tal, soy como los leones, ser de mandada o "comunidad", de donde una hermandad femenina y con otros "leones más jóvenes y sensibles", en verdad me va muy pero muy bien  con esa esencia más pura mía, puesto que tengo mucha afinidad con el género de la mujer y con la femineidad de los varones, y como otro león, el Venerable Fray José León Torres, Mercedario y Fundador de las Hermanas Terceras Mercedarias del Niño Jesús. Amén. 

Este artículo se continúa ACÁ





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