Silencio Abundante
En la vastedad del silencio abundante, donde las palabras descansan antes de nacer, florece la koinonía, un vínculo invisible que une almas en una armonía que trasciende el sonido.
No es ausencia, ni vacío. Es el espacio sagrado donde lo esencial se revela sin estridencias. En este santuario de calma, el adelphotes teje redes profundas, hilos de confianza que no necesitan voz para sostenerse.
El silencio abundante solo es bueno cortarlo con un lenguaje hermoso—un susurro de verdades que embellecen, una melodía de significados que acaricia sin perturbar. En su seno, las palabras hallan su justa medida y la belleza se pronuncia sin esfuerzo.
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