Morada de Clermont, 04 de marzo de 2025, minutos después de nuestra reunión presencial luego de su Peregrinar por el Camino de Santiago.
Querida Lucía:
Espero que estas palabras te encuentren bien y con el espíritu en armonía. Mientras reflexionaba sobre nuestras responsabilidades y las dinámicas de nuestras comunidades, surgieron en mí nuevas comprensiones que quisiera compartir con vos. Esto no es solo un mensaje casual, sino un intento de profundizar en cómo encaramos nuestras funciones dentro de nuestra COMUNIDAD AFECTIVA ALIPPI GARCÍA y las otras que nos rodean.
El rol del Ecónomo, como entiendo ahora, va más allá de la mera gestión práctica; es el reflejo operativo del Patriarca de una Comunidad Afectiva, o de la Matriarca, en esferas más altas, la de una Abadesa o un Abad y por qué no, el de un monarca. Y aquí es donde me parece importante una gran revelación reciente: somos Co-Ecónomos de nuestra COMUNIDAD AFECTIVA ALIPPI GARCÍA. Antes pensaba que yo ejercía ese rol y vos eras la Administradora, pero la vida me llevó a ver que compartimos esta función. Esto nos permite actuar en mayor colaboración, aunque también nos plantea desafíos que tendremos que abordar con detenimiento. Va de suyo, como lo hemos vuelto a acordar hoy al revisar los Pactos Preexistentes, que vos sos la Administradora y no yo, de acuerdo a que tengo limitadas esas funciones por la Sentencia y desde la última externación del Sanatorio Morra.
Nuestra hermana Alejandra al ser Co-apoyo tendrá una función meramente de co-administradora tuya, pero ella solo es Ecónoma de su propio Matriarcado Fábregas Alippi y no de la Comunidad Mayor que la representamos solo vos y yo.
Primera conclusión: Vos y yo somos Ecónomos del Patriarcado y Matriarcado ALIPPI GARCÍA. Vos, además, sos co-administradora de mis propios recursos personales y, de manera indirecta y tímida, de los pocos recursos que transfiero de mi economía personal a mi Familia ALIPPI ESTRADA. Como establece el artículo 520 del C.C. y C., esta contribución se denomina "Contribución a los gastos del hogar". Mi meta es la de siempre y la super re contra archi conocen: destinar, algún día, para cuando mi economía este absolutamente saneada por completo, el 20% de mi Renta Vitalicia. A esta contribución hay que exceptuarles, tal cual te lo he explicado y que también quedo consentido en La Calera, seguros de vida y el viático mío cuando viajo a Villa María. El artículo 520 también menciona que los convivientes tienen la obligación de contribuir a los gastos domésticos de conformidad con lo dispuesto en el artículo 455. Cabe destacar que, si logro ser totalmente autosuficiente, Analía no debería aportar para los gastos de mi ermita, salvo en casos de extrema necesidad y urgencia que, afortunadamente, no he padecido hasta ahora y cuando he necesitado las hermanas me han podido ayudar.
Por ejemplo, hemos tomado decisiones como Co-Ecónomos que reflejan nuestras responsabilidades conjuntas. Una de ellas es haber acordado donar aproximadamente el 1% de nuestros ingresos para ayudar a la gente pobre, siguiendo el ejemplo del papá y como me lo hiciste ver tan bien, luego que él superó todo su proceso de rechazo a estas personas no muy santas a las que les debe haber tenido rechazo al comienzo como se los tuve yo hasta este mes y hasta estos casi 55 años. Este tipo de iniciativas no solo benefician a otros, sino que refuerzan el propósito comunitario que guía nuestras vidas.
A su vez, nuestra fraternidad muestra alegría al incluir a este hermanito menor en distintos actos de bondad, como compartir alimentos varios (desde comidas hasta vestimentas, cafés o helados recreativos). Este hermano, a su vez, busca devolver lo recibido a través de procuradurías online, el ejercicio de sus habilidades con su firma Cognitor. También nos encontramos ofreciendo pequeños gestos de invitación ocasionales a hermanos putativos, como Baltasar, mientras que reservamos los pequeñísimos donativos relacionados con las Alippi para el sepulcro paterno-materno y su seguro de vida. Este hermanito menor también aporta generosamente su conocimiento humanista, religioso y espiritual como si fueran empanadas que enriquecen nuestra canasta de almuerzo común.
Vos me das Adelantos Operativos Familiares (AOF) jugosos, como para pagar mis expensas o los honorarios de tu abogado y el de Alejandra, y yo devuelvo en cuotas fijas sin interés como prueba de mi contraprestación y acepto muy gustoso que tu trabajo de Co-Ecónoma de nuestra Comunidad Toda y como única Administradora de mi Persona y de mi Colaboración a mi Familia Alippi Estrada, que sí es miembro de mi Patriarcado Alippi García, pero insisto, no es miembro de tu Matriarcado Alippi García. Y también está tu Familia Muiño Alippi de la que con tu marido son Co-Ecónomos y vos la administradora como es toda buena esposa. También están las otras familias propias de nuestras hermanas de las que ellas ya son sus Matriarcas y de varios de todos sus hijos en lo que es la tercera generación de familias descendientes del papá y la coquita. Amén.
Sé que esta nueva visión puede complicar algunos aspectos, pero estoy seguro de que, si este entendimiento nos ha sido revelado, es porque tiene un propósito mayor. Espero podamos seguir dialogando sobre cómo afrontar esta nueva realidad de Co-Ecónomos y encontrar juntos el equilibrio necesario para fortalecer nuestras comunidades.
Por último, ahora me ha sido revelado lo último: Gustavo pretendió ser el Regente de mi Patriarcado y por tener fuertemente limitados todos los tipos de capacidades civiles, comerciales, públicas y laborales, ¡Pero no ha lugar! Gustavo solo pretende ejercer este Regentismo de manera honoraria, cuando vos como la Co-Ecónoma sos la que lo ejerce en la Realidad Verdadera por lo que intentando la
Segunda Conclusión: Soy el Patriarca de Alippi García Comunidad y en ejercicio de la función de Ecónomo, entre otras funciones como, por ejemplo: narrador de cuentos y leyendas, y vos sos la Matriarca en ejercicio del Economato y otras funciones propiamente familiares. Como co-ecónoma, mi única Regente real y concreta sos vos. Amén.
Con todo mi aprecio y afecto,
Leandro Javier
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