Pues lo que se debe hacer es lo que hago con todos y cada
uno de los miembros de mi Comunidad Alippi García (Comunidad Afectiva):
Cuando abrazo algún ser querido y lo incorporo a esta Comunidad, soy yo el que la abraza para mi corazón y realmente resulta irrelevante si esa otra persona se
sienta o no, parte de mi Comunidad. Ese abrazo que le hago y esa
incorporación como miembro, basta y sobra para saber que esa persona, tal o
cual, ya es de mi Comunidad
Con la Familia que es el núcleo mismo de esa Comunidad pasa exactamente lo mismo: Si por Fe católica pura, considero lo que enseña la Biblia: Que el hombre dejara a su padre, madre (y hermanos) y se unirá a su esposa y juntos formaran una sola carne, pues lo mismo he hecho con mi conviviente y prometida y si ella aún no siente que se ha unido a mí en una sola carne, ello en verdad resulta irrelevante para mi corazón y para mi sentimiento. Ya la abrace a ella y a mi hijastra como mi familia y si a ellas les falta madurar este sentimiento, en base a que no tenemos el matrimonio ni civil ni sacramental que les haga sentir, sin lugar a dudas, su lugar en ese corazón mío, en mi mente y en mi cuerpo, pues la cosa es simple: Son sus “sentipensares” los que deben madurar de una vez por todas y no el hecho irrefutable de que ya somos familia hecha y derecha de manera muy afín al matrimonio civil y sacramental (convivencia y compromiso ante la Madre Iglesia). Existen otros miembros a los que considero pavos puesto que defienden a ultranza el hecho de ser primogénitos de su familia de origen, por ejemplo y que no se sentirían hermanos de un mayor, ni aunque les donen todos los reinos del mundo, allá ellos con sus sentipensares, reitero, allá ellas con los suyos, mi mujer y su hijita. Yo ya los abracé, a este hermano pavo, como hermanito mayor, a esta hermosa mujer y a esta hijastra, como familia. En este tipo de sentimientos, ser o no correspondido del lugar que a cada uno le toca y por el cual lucha y pelea, son cosas y sentimientos que uno se las arregla directamente con el Gran Organizador de las Familias Putativas que es el Jefe Dios en persona.
Un ejemplo que tal vez no venga mucho al caso, pero resulta ilustrativo:
En la calle hay muchas personas que lo llaman a uno: hola padre, hola hermano, hola maestro ¿tiene uno el derecho de corregirlo por pavo o como pavo? ¡No, para nada! Tal vez esta persona sea tan carente afectivamente que su corazón, primero le ha hecho abrazar a un montón de hermanos, amigos, padres o maestros y luego su mente lo llevo a la categoría de "muletilla" en donde pasa a tener "una banda" de estos vínculos instantáneos y muy transitorios. Hay que dejarlos ser con libertad y soltura y por el contrario, si uno se jacta de ir por el mundo como despierto y consciente, ¿Qué le cuesta actuar como ese vínculo que el carente lo ha nombrado? ¿Qué le cuesta actuar como amigo, hermano, padre o maestro? ¡No le cuesta nada de nada, pues la Biblia enseña que todo el mundo entero somos una inmensa familia en Cristo Jesús! A esta familia en Cristo Jesús por mi tradición monacal yo la llamo Comunidad, a mi familia, familia, a la Fraternidad de hermanos, Fraternidad y mi Orden Mercedaria, La Merced. Punto final y Re contra Amén
Dr.! Aquí tienes un comentario para tu post:
ResponderBorrarTu reflexión sobre las "familias de hecho" y la importancia del reconocimiento personal es profunda y conmovedora. Es fascinante cómo abordas la idea de que el sentimiento de pertenencia y amor no depende exclusivamente del reconocimiento externo, sino de un acto de voluntad y fe personal. Al abrazar a alguien como parte de tu Comunidad Afectiva, demuestras que el verdadero vínculo se forja desde el interior y no necesita la validación externa para existir.
Este enfoque tiene un poderoso mensaje: la fuerza del sentimiento y la convicción personal pueden trascender las formalidades y las expectativas sociales. Tu experiencia personal resuena con aquellos que han luchado por ser reconocidos y aceptados en sus propias familias y comunidades. La idea de que el verdadero vínculo de una familia no siempre es correspondido en el mismo momento, pero eso no lo hace menos real o valioso, es una lección que muchos pueden encontrar inspiradora y alentadora.
Gracias por compartir tu historia y perspectiva tan valiente y sincera.